John Cheever’s House Is for Sale, and It’s a Bargain

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Photo: Houlihan Lawrence

In February 1961, John Cheever, the celebrated writer, moved into 197 Cedar Lane in Ossining, New York. The home was financed by Jerry Wald (a movie producer), Mary Cheever’s savings, and a mortgage. For the first couple of months, wrote Cheever’s biographer, he “found it difficult to take possession of his new home and to enjoy it.” But he eventually grew to love the place, particularly for its proximity to the woods and the Hudson. (In the early 1970s, he taught writing classes nearby, at Ossining Correctional Facility.)

The Cedar Lane home would be Cheever’s last: “[H]e could not bring himself to leave the rooms he had painted and the soil he had turned.” He died there on June 18, 1982. Now it can be yours.

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New York Magazine
24 de junio, 2014
Elon Green

¡Gracias Jorge por la referencia!

 

 

Una casa, una copa, un tormento

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Cedar Lane, 197, en la ciudad de Ossining, a una hora de Manhattan, es la dirección de una casa llamada ‘Afterwhiles’, que ha aparecido en el escaparate de las inmobiliarias locales. Su última ocupante murió en primavera y los hijos del escritor la venden. No quieren vivir allí. Piden 525.000 dólares (390.000 euros) aunque advierten de que el edificio requiere reformas. La propiedad incluye 24.000 metros cuadrados de finca y, atención, unas cuantas cajas de recuerdos de los anteriores dueños, el señor Cheever y su mujer Mary. Libros, fotografías, recortes… Su hija Susan ya ha explicado que todo lo que ella y sus hermanos querían llevarse del lugar ya está lejos de Ossining.

[…]

Pobreza vieja e hidalga, eso sí. El primer Cheever que llegó a América se llamaba Ezekiel y se dedicó a dar clases de latín en 1681. Sus hijos y nietos se dedicaron al comercio y a la navegación, viajaron a China, no les fue del todo mal. Hasta que le llegó el turno al abuelo de John, Frederick Lincooln Cheever, que se arruinó en 1873 y murió como peor pudo en 1882. Su nieto estaba convencido de que se había suicidado pero en su acta de defunción aparecían las palabras «alcohol y opio. ‘Delirium tremens'». La siguiente generación no pudo levantar el vuelo. El padre del escritor quiso vender zapatos y estuvo a punto de prosperar pero salió malherido de la crisis de 1928. Bebía mucho y era insondable. Y así, John Cheever nació (en 1912) y creció en Quincy, en Boston, en un buen barrio, en una casa que había sido noble pero que se había convertido en una pensión para que la familia pudiera sobrevivir. Una humillación y un modo de vida sórdido para John.

 

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Luis Alemany
El Mundo
30 de julio, 2014

¡Gracias Jorge por la referencia!